


Desplazamiento de los límites de la disciplina
En 1979, Sophie Calle invita a 54 personas (en su mayor parte desconocidos que contacta a través de amigos comunes) a dormir en su cama en periodos consecutivos de ocho horas de duración. De ellos, 16 rechazan la invitación, por tener otros planes o por no estar de acuerdo con la iniciativa y 5 de ellos no acuden a la cita, alguno de los cuales es sustituido por la propia artista.
A los 28 que finalmente acuden, Calle les ofrece sábanas limpias, desayuno, comida o cena según el turno, les hace una serie de preguntas para establecer contacto de forma neutra y distante, y les fotografía, con intervalos de una hora.
De entre todas las actividades vitales, Calle elige la que probablemente sea la más natural, inconsciente e íntima: la de dormir. Y les pide, a unos desconocidos, en su mayor parte, que lo hagan en su propia cama, transgrediendo una convención social básica del uso del espacio privado.
Asiste al ritual, con el rigor del psicólogo que analiza los comportamientos humanos, y al mismo tiempo, con la implicación inherente a utilizar como escenario su propia cama, participar en la acción de forma continuada e involucrarse de forma activa (pasiva en este caso por la actividad en sí) en algunos turnos.
Le interesa “crear situaciones arbitrarias que toman la forma de un ritual”. Plantear unas mínimas reglas del juego y dejar que suceda lo inesperado. Activar las respuestas subjetivas de los participantes (y de los espectadores de la obra) en función de las particularidades de cada uno y el azar de los encuentros.
------http://bandeapart3.blogspot.com/2009_10_01_archive.html-----
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